Lectura Crítica

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Las disputas con hombres que se obstinan en mantener sus principios a toda costa son muy molestas, pero son aún más aquellas que se tienen con individuos enteramente insinceros que en realidad no creen en las opiniones que están defendiendo, y que se enzarzan en la controversia por afectación, por espíritu de contradicción y por deseo de dar muestras de poseer una agudeza y un ingenio superiores a los del resto de la humanidad...

Quienes han negado la realidad de las distinciones morales podrían ser clasificados entre los disputantes insinceros. No es concebible que criatura humana alguna pueda creer seriamente que todos los caracteres y todas las acciones merecen por igual la aprobación y el respeto de todos. La diferencia que la naturaleza ha establecido entre un hombre y otro es tan vasta y puede acentuarse hasta tal punto por virtud de la educación, el ejemplo y el hábito, que cuando se presentan ante nuestra consideración dos casos extremos enteramente opuestos, no hay escepticismo, por muy radical que sea, que se atreva a negar absolutamente toda distinción entre ellos. Por muy grande que sea la falta de sensibilidad de un individuo, con frecuencia tendrá este hombre que ser tocado por las imágenes de lo Justo y de lo Injusto; y por muy obstinados que sean sus prejuicios, tendrá por fuerza que observar que sus prójimos también son susceptibles de experimentar impresiones parecidas. Por lo tanto, el único modo de convencer a un antagonista de esta clase será dejarlo solo. Pues cuando vea que nadie está dispuesto a seguir discutiendo con él, lo más probable es que, de puro aburrimiento, decida por sí mismo ponerse del lado del sentido común y de la razón (Sección 1, §1, 31-32).

Tomado y adaptado de los primeros dos párrafos de: Hume, D. (1993).
Investigación sobre los principios de la moral. Madrid: Alianza.

En este texto, un propósito central del autor es
argumentar que es mejor no discutir con quienes rechazan las distinciones morales.
describir algunas de las diferencias naturales que hay entre los seres humanos.
sugerir que el mundo es más agradable por las diferencias entre las personas.
proponer una forma adecuada de resolver las disputas sobre cuestiones morales.

Las disputas con hombres que se obstinan en mantener sus principios a toda costa son muy molestas, pero son aún más aquellas que se tienen con individuos enteramente insinceros que en realidad no creen en las opiniones que están defendiendo, y que se enzarzan en la controversia por afectación, por espíritu de contradicción y por deseo de dar muestras de poseer una agudeza y un ingenio superiores a los del resto de la humanidad...

Quienes han negado la realidad de las distinciones morales podrían ser clasificados entre los disputantes insinceros. No es concebible que criatura humana alguna pueda creer seriamente que todos los caracteres y todas las acciones merecen por igual la aprobación y el respeto de todos. La diferencia que la naturaleza ha establecido entre un hombre y otro es tan vasta y puede acentuarse hasta tal punto por virtud de la educación, el ejemplo y el hábito, que cuando se presentan ante nuestra consideración dos casos extremos enteramente opuestos, no hay escepticismo, por muy radical que sea, que se atreva a negar absolutamente toda distinción entre ellos. Por muy grande que sea la falta de sensibilidad de un individuo, con frecuencia tendrá este hombre que ser tocado por las imágenes de lo Justo y de lo Injusto; y por muy obstinados que sean sus prejuicios, tendrá por fuerza que observar que sus prójimos también son susceptibles de experimentar impresiones parecidas. Por lo tanto, el único modo de convencer a un antagonista de esta clase será dejarlo solo. Pues cuando vea que nadie está dispuesto a seguir discutiendo con él, lo más probable es que, de puro aburrimiento, decida por sí mismo ponerse del lado del sentido común y de la razón (Sección 1, §1, 31-32).

Tomado y adaptado de los primeros dos párrafos de: Hume, D. (1993).
Investigación sobre los principios de la moral. Madrid: Alianza.

Del segundo párrafo del texto, se puede inferir correctamente que
los antagonistas insinceros prefieren no discutir sobre asuntos morales.
la mayoría de los hombres distingue entre lo justo y lo injusto.
es inconcebible que los seres humanos hagan distinciones morales.
la educación y el hábito pueden borrar diferencias naturales entre los hombres

Tomado y adaptado de: http://www.edizzz.com/es-para-masticarlo-pero-no-hay-que-tragarselo

Cuando Mafalda pregunta de quién es el discurso que hay que masticar “pero no hay que tragárselo”, quiere decir que el discurso debe
analizarse pero no hay que creerlo.
aprobarse pero no hay que admitirlo.
criticarse pero hay que creerlo.
aprobarse pero hay que reformularlo.

Tomado y adaptado de: http://www.edizzz.com/es-para-masticarlo-pero-no-hay-que-tragarselo

La expresión en la cara del padre al oír la pregunta de Mafalda se debe a que
no está de acuerdo con lo que dice Mafalda.
no entendió lo que Mafalda quería decir.
le disgustó que Mafalda lo interrumpiera tan súbitamente.
no esperaba la interpretación que hizo Mafalda de sus palabras.

Tomado y adaptado de: http://www.edizzz.com/es-para-masticarlo-pero-no-hay-que-tragarselo

¿Cuál de las siguientes afirmaciones describe un supuesto implícito en el cómic?
Los discursos de los políticos son engañosos.
Los chicles son malos para la salud de los niños.
Los padres no entienden a sus hijos.
Los discursos de los políticos son difíciles.

Hamlet y Sócrates, aunque en alabanza o desaprobación respectivamente, hablaron del arte como un espejo que refleja la naturaleza. Con muchos desacuerdos en la actitud, esta concepción tiene una base fáctica. Sócrates concebía así los espejos, pero reflejando aquello que ya podemos ver; de manera que el arte, en tanto que se asemeja a un espejo, proporciona réplicas exactas, pero inútiles, de las apariencias de las cosas y, en esa medida, sin ningún beneficio cognitivo. Hamlet, más agudamente, reconoce una notable característica de las superficies reflectivas, esto es que éstas muestran aquello que no podríamos ver de otra manera –nuestra propia faz y forma–; en esa medida, el arte, en tanto que es como un espejo, nos revela a nosotros mismos y esto, incluso siguiendo el criterio de Sócrates, es de alguna manera útil cognitivamente, después de todo.

Tomado de: Danto, A. (1964). The Artworld. Journal of Philosophy, 21(61), pp. 571-584.

En el texto se utiliza la analogía del arte como espejo de la naturaleza, con el fin de caracterizar dos concepciones
opuestas sobre la base fáctica del arte.
semejantes a la forma en que conocemos el mundo.
opuestas sobre la forma en que el arte imita la naturaleza.
semejantes a la utilidad del arte respecto al conocimiento.

Hamlet y Sócrates, aunque en alabanza o desaprobación respectivamente, hablaron del arte como un espejo que refleja la naturaleza. Con muchos desacuerdos en la actitud, esta concepción tiene una base fáctica. Sócrates concebía así los espejos, pero reflejando aquello que ya podemos ver; de manera que el arte, en tanto que se asemeja a un espejo, proporciona réplicas exactas, pero inútiles, de las apariencias de las cosas y, en esa medida, sin ningún beneficio cognitivo. Hamlet, más agudamente, reconoce una notable característica de las superficies reflectivas, esto es que éstas muestran aquello que no podríamos ver de otra manera –nuestra propia faz y forma–; en esa medida, el arte, en tanto que es como un espejo, nos revela a nosotros mismos y esto, incluso siguiendo el criterio de Sócrates, es de alguna manera útil cognitivamente, después de todo.

Tomado de: Danto, A. (1964). The Artworld. Journal of Philosophy, 21(61), pp. 571-584.

En el texto, el autor
expone dos ideas sobre un mismo tema que se complementan, y concluye con la síntesis de esas dos posiciones.
señala las tesis de dos expertos sobre un tema, advierte sus problemas y desarrolla una nueva tesis más precisa que las anteriores.
presenta dos interpretaciones opuestas de una misma idea, resalta una posible falencia en una de ellas y concluye a favor de la otra.
resalta la interpretación de dos autores sobre una misma tesis y presenta una forma de hacerlas compatibles entre sí.

Aunque las comodidades de esta vida pueden aumentarse con la ayuda mutua, sin embargo, como eso se puede conseguir dominando a los demás mejor que asociándose con ellos, nadie debe dudar de que los hombres por su naturaleza, si no existiera el miedo, se verían inclinados más al dominio que a la sociedad. Por lo tanto, hay que afirmar que el origen de las sociedades grandes y duraderas no se ha debido a la mutua benevolencia de los hombres sino al miedo mutuo.

Tomado de: Hobbes, T. (1999). Tratado sobre el ciudadano. trad. Joaquín Rodríguez Feo, Madrid, Trotta.

Según el enunciado anterior, ¿cuál de las siguientes palabras sería el antónimo más adecuado para la palabra "benevolencia"?
Generosidad.
Indolencia.
Agrado.
Egoísmo.

Aunque las comodidades de esta vida pueden aumentarse con la ayuda mutua, sin embargo, como eso se puede conseguir dominando a los demás mejor que asociándose con ellos, nadie debe dudar de que los hombres por su naturaleza, si no existiera el miedo, se verían inclinados más al dominio que a la sociedad. Por lo tanto, hay que afirmar que el origen de las sociedades grandes y duraderas no se ha debido a la mutua benevolencia de los hombres sino al miedo mutuo.

Tomado de: Hobbes, T. (1999). Tratado sobre el ciudadano. trad. Joaquín Rodríguez Feo, Madrid, Trotta.

¿Qué función cumple el conector 'sin embargo' en el texto anterior?
Aclarar la idea de que la ayuda mutua aumenta las comodidades con la idea de que el dominio de los demás es una mejor forma de aumentarlas.
Desmentir la idea de que la ayuda mutua aumenta las comodidades y afirmar que es por medio del dominio a los demás que se logra.
Contrastar la idea de que la ayuda mutua aumenta las comodidades, con la idea de que es más efectivo dominar a los demás para aumentarlas.
Refutar la idea de que la ayuda mutua aumenta las comodidades al afirmar que en realidad el dominio puede aumentarlas.

Aunque las comodidades de esta vida pueden aumentarse con la ayuda mutua, sin embargo, como eso se puede conseguir dominando a los demás mejor que asociándose con ellos, nadie debe dudar de que los hombres por su naturaleza, si no existiera el miedo, se verían inclinados más al dominio que a la sociedad. Por lo tanto, hay que afirmar que el origen de las sociedades grandes y duraderas no se ha debido a la mutua benevolencia de los hombres sino al miedo mutuo.

Tomado de: Hobbes, T. (1999). Tratado sobre el ciudadano. trad. Joaquín Rodríguez Feo, Madrid, Trotta.

De acuerdo con el texto anterior, ¿cuál de las siguientes afirmaciones resume mejor la posición del autor sobre el miedo?
El miedo es detestable en tanto que no aumenta las comodidades de la vida.
El miedo es deseable en tanto que favorece la cooperación entre los hombres.
El miedo es inútil, pues la mejor manera de adquirir comodidades es a través de la cooperación.
El miedo es perjudicial, ya que no permite que las sociedades grandes y duraderas surjan.

Por qué nuestra mente es más conocida que el cuerpo.

Por otra parte, para saber que conocemos nuestra mente no sólo antes y más ciertamente, sino también más evidentemente que el cuerpo, hay que observar que es evidente por luz natural que no hay afecciones o cualidades de la nada; y por tanto donde quiera que observemos algunas, debe hallarse necesariamente una cosa o una sustancia a la que pertenezcan. Y cuantas más observemos en esa cosa o sustancia, tanto más claramente la conoceremos. Y es evidente que observamos más en nuestra mente que en ninguna otra cosa, porque todo lo que nos permite conocer algo nos lleva también con mucha mayor certeza al conocimiento de nuestra mente. Como cuando juzgo que existe la tierra, porque la toco o la veo: con más razón debo juzgar, por eso mismo, que existe mi mente, pues es posible, quizá, que juzgue que toco la tierra aunque no haya tierra, pero no es posible que yo juzgue esto y que mi mente, que lo juzga, no sea nada; y así en lo demás.

Tomado de: Descartes, R. Sobre los principios de la filosofía.

La afirmación "no hay afecciones o cualidades de la nada" permite
sostener que si observamos algunas cualidades, entonces existe algo a lo que pertenecen.
afirmar que aunque existe una sustancia no podemos conocer sus cualidades.
sostener que si existe una sustancia, entonces podemos observar sus cualidades.
demostrar que si conocemos algo, entonces existen sus cualidades.

Por qué nuestra mente es más conocida que el cuerpo.

Por otra parte, para saber que conocemos nuestra mente no sólo antes y más ciertamente, sino también más evidentemente que el cuerpo, hay que observar que es evidente por luz natural que no hay afecciones o cualidades de la nada; y por tanto donde quiera que observemos algunas, debe hallarse necesariamente una cosa o una sustancia a la que pertenezcan. Y cuantas más observemos en esa cosa o sustancia, tanto más claramente la conoceremos. Y es evidente que observamos más en nuestra mente que en ninguna otra cosa, porque todo lo que nos permite conocer algo nos lleva también con mucha mayor certeza al conocimiento de nuestra mente. Como cuando juzgo que existe la tierra, porque la toco o la veo: con más razón debo juzgar, por eso mismo, que existe mi mente, pues es posible, quizá, que juzgue que toco la tierra aunque no haya tierra, pero no es posible que yo juzgue esto y que mi mente, que lo juzga, no sea nada; y así en lo demás.

Tomado de: Descartes, R. Sobre los principios de la filosofía.

La afirmación "no hay afecciones o cualidades de la nada" permite
cuanto más observemos una cosa, más claramente la conoceremos.
no es posible que yo juzgue algo y que mi mente, que lo juzga, no sea nada.
no existen los cuerpos, aunque los toque y los vea.
conocemos nuestra mente más ciertamente que el cuerpo.

Es un «milagro» que la obra de Platón haya sobrevivido y que nosotros podamos leerla en cualquier versión. Todos los textos de sus Diálogos estuvieron perdidos durante cerca de mil años. Cuando volvieron a aparecer, bajo la forma de varias copias de copias de copias, se puso en marcha durante quinientos años una cuidadosa investigación de esas copias. Es de suponer que los originales se convirtieron en polvo hace ya mucho tiempo. La tarea con la que se enfrentaron los eruditos era intimidadora. Obviamente, se encontraron muchas «corrupciones» en las diferentes copias supervivientes (denominadas «testigos»), y estas corrupciones o errores tenían que ser solucionadas sin que fuera posible preguntarle al autor.

¿Cómo podían distinguirse apropiadamente los errores? En los tiempos de Darwin, los filólogos que dedicaban su vida profesional a recrear el origen de sus «testigos» habían tenido éxito al descubrir la totalidad de los linajes de copias de copias, y pudieron deducir muchos hechos curiosos acerca de las circunstancias históricas de su nacimiento, de su reproducción y, eventualmente, de su muerte. A veces, la arriesgada deducción que nace de sus trabajos es similar a la de Darwin: un grupo concreto de errores en los manuscritos, no corregidos y vueltos a copiar en todos los manuscritos descendientes de un particular linaje, se debía casi siempre al hecho de que el escriba que transcribía el dictado no pronunciaba el griego de la misma forma en que lo hacía el lector del texto y, en consecuencia, entendía incorrectamente un determinado fonema. Estas claves, junto con la evidencia procedente de otras fuentes de la historia de la lengua griega, pudieron incluso haber sugerido a los eruditos en qué monasterio, en qué isla griega, en qué montaña o en qué siglo debió haber tenido lugar la escena en la que se produjo este conjunto de copias.

Tomado y adaptado de: Dennett D. (1999).
La peligrosa idea de Darwin. Barcelona: Círculo de Lectores.

Según el segundo párrafo del texto anterior, ¿cuál de las siguientes palabras es un sinónimo de la palabra linajes?
Modelos.
Familias.
Manuscritos.
Reproducciones.

Es un «milagro» que la obra de Platón haya sobrevivido y que nosotros podamos leerla en cualquier versión. Todos los textos de sus Diálogos estuvieron perdidos durante cerca de mil años. Cuando volvieron a aparecer, bajo la forma de varias copias de copias de copias, se puso en marcha durante quinientos años una cuidadosa investigación de esas copias. Es de suponer que los originales se convirtieron en polvo hace ya mucho tiempo. La tarea con la que se enfrentaron los eruditos era intimidadora. Obviamente, se encontraron muchas «corrupciones» en las diferentes copias supervivientes (denominadas «testigos»), y estas corrupciones o errores tenían que ser solucionadas sin que fuera posible preguntarle al autor.

¿Cómo podían distinguirse apropiadamente los errores? En los tiempos de Darwin, los filólogos que dedicaban su vida profesional a recrear el origen de sus «testigos» habían tenido éxito al descubrir la totalidad de los linajes de copias de copias, y pudieron deducir muchos hechos curiosos acerca de las circunstancias históricas de su nacimiento, de su reproducción y, eventualmente, de su muerte. A veces, la arriesgada deducción que nace de sus trabajos es similar a la de Darwin: un grupo concreto de errores en los manuscritos, no corregidos y vueltos a copiar en todos los manuscritos descendientes de un particular linaje, se debía casi siempre al hecho de que el escriba que transcribía el dictado no pronunciaba el griego de la misma forma en que lo hacía el lector del texto y, en consecuencia, entendía incorrectamente un determinado fonema. Estas claves, junto con la evidencia procedente de otras fuentes de la historia de la lengua griega, pudieron incluso haber sugerido a los eruditos en qué monasterio, en qué isla griega, en qué montaña o en qué siglo debió haber tenido lugar la escena en la que se produjo este conjunto de copias.

Tomado y adaptado de: Dennett D. (1999).
La peligrosa idea de Darwin. Barcelona: Círculo de Lectores.

El autor del texto anterior hace alusión a los Diálogos en el primer párrafo para referirse a
las obras de Darwin y las teorías filosóficas de Platón.
los textos de los estudiosos de Platón.
los textos originales de la obra sobre biología de Platón.
las copias de las obras de Platón.

Coco, de vuelta a las raíces

"Porque la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente
del tiempo (…) La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad."
Alfonso Rodríguez Castelao

Viendo la película Coco, he quedado impactado por su colorido y su consciente fidelidad a la realidad mexicana, no solo en cuanto a la tradición, sino también en cuanto a la organización social más básica: la familia. Coco nos presenta la celebración del Día de los Muertos como se hace en México, donde cada familia visita las tumbas de los seres queridos, las adornan y presentan una ofrenda de sabores, olores y música en su honor. Miguel, el protagonista de la película, resulta transportado por la música al colorido Reino de los muertos en compañía de su perro Dante. Allí, subyacen todos los elementos que le darán sentido al resto de su vida, al punto de que habrá un momento en que se replantee su existencia y su sentido de pertenencia, para salir renovado en medio de acordes y composiciones visuales que tocan el alma.

Esta película nos demuestra que el Día de los Muertos no es una tradición que se absorba por la vía del marketing o de las iniciativas gubernamentales. El Día de los Muertos se vive y se sustenta en casa, en ese matriarcado, a veces tácito y a veces manifiesto, que se observa en muchas familias mexicanas; en poner una ofrenda; pero, más importante aún, en tener a quién ponérsela. El francés Lévi-Strauss, en su estudio acerca del mito, afirma que todas las historias están ya contadas, que las situaciones y personajes se ajustan de cultura en cultura y de tiempo en tiempo a un "esqueleto" básico. Esta idea se refleja en la película Coco, pues la tradición se recombina de una manera efectiva y coherente para que las nuevas generaciones de una nación la sientan propia, como si hubiera nacido en la cultura de los tiempos de hoy. Dice también Joseph Campbell, en su obra El héroe de las mil caras, que, en el camino del héroe, este contempla su autodescubrimiento a través de un "acompañante", un ser intermedio entre los mortales e inmortales, que se encuentra en muchas culturas a manera de animal. Este es el caso de Dante, un perro fiel que ayuda a Miguel en su odisea por el inframundo.

Para mí, Coco es una superproducción que revitaliza una fiesta tan querida y nos recuerda que no estamos solos ni a un lado ni al otro de la frontera entre la vida y la muerte, ya que siempre existirán los lazos familiares. Les invito a ver Coco y a celebrar la existencia, pero siempre estando conscientes del sentido de pertenencia que, lejos de banderas y actos solemnes, se reduce a un abrazo cariñoso y al respeto por quienes nos rodean, tanto física como espiritualmente.

Tomado y adaptado de: Valencia, M. (2017). Coco, la reseña que nos merecemos.

En el texto, quien dice "...en el camino del héroe, este contempla su autodescubrimiento a través de un "acompañante", un ser intermedio entre los mortales e inmortales...", lo hace desde un punto de vista
antropológico, porque describe rasgos de la cultura del ser humano.
filosófico, porque relaciona una experiencia trascendental con el conocimiento de sí mismo.
sociológica, porque analiza la manera como interactúan los individuos de una sociedad.
histórica, porque analiza la evolución de una idea en dos periodos de tiempo.

Coco, de vuelta a las raíces

"Porque la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente
del tiempo (…) La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad."
Alfonso Rodríguez Castelao

Viendo la película Coco, he quedado impactado por su colorido y su consciente fidelidad a la realidad mexicana, no solo en cuanto a la tradición, sino también en cuanto a la organización social más básica: la familia. Coco nos presenta la celebración del Día de los Muertos como se hace en México, donde cada familia visita las tumbas de los seres queridos, las adornan y presentan una ofrenda de sabores, olores y música en su honor. Miguel, el protagonista de la película, resulta transportado por la música al colorido Reino de los muertos en compañía de su perro Dante. Allí, subyacen todos los elementos que le darán sentido al resto de su vida, al punto de que habrá un momento en que se replantee su existencia y su sentido de pertenencia, para salir renovado en medio de acordes y composiciones visuales que tocan el alma.

Esta película nos demuestra que el Día de los Muertos no es una tradición que se absorba por la vía del marketing o de las iniciativas gubernamentales. El Día de los Muertos se vive y se sustenta en casa, en ese matriarcado, a veces tácito y a veces manifiesto, que se observa en muchas familias mexicanas; en poner una ofrenda; pero, más importante aún, en tener a quién ponérsela. El francés Lévi-Strauss, en su estudio acerca del mito, afirma que todas las historias están ya contadas, que las situaciones y personajes se ajustan de cultura en cultura y de tiempo en tiempo a un "esqueleto" básico. Esta idea se refleja en la película Coco, pues la tradición se recombina de una manera efectiva y coherente para que las nuevas generaciones de una nación la sientan propia, como si hubiera nacido en la cultura de los tiempos de hoy. Dice también Joseph Campbell, en su obra El héroe de las mil caras, que, en el camino del héroe, este contempla su autodescubrimiento a través de un "acompañante", un ser intermedio entre los mortales e inmortales, que se encuentra en muchas culturas a manera de animal. Este es el caso de Dante, un perro fiel que ayuda a Miguel en su odisea por el inframundo.

Para mí, Coco es una superproducción que revitaliza una fiesta tan querida y nos recuerda que no estamos solos ni a un lado ni al otro de la frontera entre la vida y la muerte, ya que siempre existirán los lazos familiares. Les invito a ver Coco y a celebrar la existencia, pero siempre estando conscientes del sentido de pertenencia que, lejos de banderas y actos solemnes, se reduce a un abrazo cariñoso y al respeto por quienes nos rodean, tanto física como espiritualmente.

Tomado y adaptado de: Valencia, M. (2017). Coco, la reseña que nos merecemos.

Cuando el autor del texto dice "El Día de Muertos se vive y se sustenta en casa, en ese matriarcado, a veces tácito y a veces manifiesto, que se presenta en muchas familias mexicanas", se puede afirmar que, para él, la vigencia de esta celebración es
resultado del esfuerzo de los jóvenes por exaltar los valores patrios.
un anacronismo que revela que México es un país anclado en el pasado.
resultado de la influencia femenina en la formación de la familia mexicana.
una imposición por parte de los miembros más antiguos de las familias.

Coco, de vuelta a las raíces

"Porque la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente
del tiempo (…) La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad."
Alfonso Rodríguez Castelao

Viendo la película Coco, he quedado impactado por su colorido y su consciente fidelidad a la realidad mexicana, no solo en cuanto a la tradición, sino también en cuanto a la organización social más básica: la familia. Coco nos presenta la celebración del Día de los Muertos como se hace en México, donde cada familia visita las tumbas de los seres queridos, las adornan y presentan una ofrenda de sabores, olores y música en su honor. Miguel, el protagonista de la película, resulta transportado por la música al colorido Reino de los muertos en compañía de su perro Dante. Allí, subyacen todos los elementos que le darán sentido al resto de su vida, al punto de que habrá un momento en que se replantee su existencia y su sentido de pertenencia, para salir renovado en medio de acordes y composiciones visuales que tocan el alma.

Esta película nos demuestra que el Día de los Muertos no es una tradición que se absorba por la vía del marketing o de las iniciativas gubernamentales. El Día de los Muertos se vive y se sustenta en casa, en ese matriarcado, a veces tácito y a veces manifiesto, que se observa en muchas familias mexicanas; en poner una ofrenda; pero, más importante aún, en tener a quién ponérsela. El francés Lévi-Strauss, en su estudio acerca del mito, afirma que todas las historias están ya contadas, que las situaciones y personajes se ajustan de cultura en cultura y de tiempo en tiempo a un "esqueleto" básico. Esta idea se refleja en la película Coco, pues la tradición se recombina de una manera efectiva y coherente para que las nuevas generaciones de una nación la sientan propia, como si hubiera nacido en la cultura de los tiempos de hoy. Dice también Joseph Campbell, en su obra El héroe de las mil caras, que, en el camino del héroe, este contempla su autodescubrimiento a través de un "acompañante", un ser intermedio entre los mortales e inmortales, que se encuentra en muchas culturas a manera de animal. Este es el caso de Dante, un perro fiel que ayuda a Miguel en su odisea por el inframundo.

Para mí, Coco es una superproducción que revitaliza una fiesta tan querida y nos recuerda que no estamos solos ni a un lado ni al otro de la frontera entre la vida y la muerte, ya que siempre existirán los lazos familiares. Les invito a ver Coco y a celebrar la existencia, pero siempre estando conscientes del sentido de pertenencia que, lejos de banderas y actos solemnes, se reduce a un abrazo cariñoso y al respeto por quienes nos rodean, tanto física como espiritualmente.

Tomado y adaptado de: Valencia, M. (2017). Coco, la reseña que nos merecemos.

Según Joseph Campbell un ejemplo de héroe sería un
anciano que transforma su vida con la ayuda de su fiel perro.
gato que derrota a un ejército de humanos para defender su hogar.
mutante con poderes sobrenaturales que tiene amigos humanos.
niño que atraviesa solo el Infierno para salvar a su mamá.

Coco, de vuelta a las raíces

"Porque la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente
del tiempo (…) La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad."
Alfonso Rodríguez Castelao

Viendo la película Coco, he quedado impactado por su colorido y su consciente fidelidad a la realidad mexicana, no solo en cuanto a la tradición, sino también en cuanto a la organización social más básica: la familia. Coco nos presenta la celebración del Día de los Muertos como se hace en México, donde cada familia visita las tumbas de los seres queridos, las adornan y presentan una ofrenda de sabores, olores y música en su honor. Miguel, el protagonista de la película, resulta transportado por la música al colorido Reino de los muertos en compañía de su perro Dante. Allí, subyacen todos los elementos que le darán sentido al resto de su vida, al punto de que habrá un momento en que se replantee su existencia y su sentido de pertenencia, para salir renovado en medio de acordes y composiciones visuales que tocan el alma.

Esta película nos demuestra que el Día de los Muertos no es una tradición que se absorba por la vía del marketing o de las iniciativas gubernamentales. El Día de los Muertos se vive y se sustenta en casa, en ese matriarcado, a veces tácito y a veces manifiesto, que se observa en muchas familias mexicanas; en poner una ofrenda; pero, más importante aún, en tener a quién ponérsela. El francés Lévi-Strauss, en su estudio acerca del mito, afirma que todas las historias están ya contadas, que las situaciones y personajes se ajustan de cultura en cultura y de tiempo en tiempo a un "esqueleto" básico. Esta idea se refleja en la película Coco, pues la tradición se recombina de una manera efectiva y coherente para que las nuevas generaciones de una nación la sientan propia, como si hubiera nacido en la cultura de los tiempos de hoy. Dice también Joseph Campbell, en su obra El héroe de las mil caras, que, en el camino del héroe, este contempla su autodescubrimiento a través de un "acompañante", un ser intermedio entre los mortales e inmortales, que se encuentra en muchas culturas a manera de animal. Este es el caso de Dante, un perro fiel que ayuda a Miguel en su odisea por el inframundo.

Para mí, Coco es una superproducción que revitaliza una fiesta tan querida y nos recuerda que no estamos solos ni a un lado ni al otro de la frontera entre la vida y la muerte, ya que siempre existirán los lazos familiares. Les invito a ver Coco y a celebrar la existencia, pero siempre estando conscientes del sentido de pertenencia que, lejos de banderas y actos solemnes, se reduce a un abrazo cariñoso y al respeto por quienes nos rodean, tanto física como espiritualmente.

Tomado y adaptado de: Valencia, M. (2017). Coco, la reseña que nos merecemos.

El texto se compone de
definición – ejemplo – opinión – cierre.
resumen de la trama de la película – comentario – testimonios – conclusión.
introducción – tesis – clasificación – desenlace.
opinión – síntesis de la trama de la película – argumentación – conclusión.

Grafiti anónimo escrito en la Universidad Nacional.

¿Qué hace el autor al usar la expresión "Esencia de la humanidad"?
Plantear una pregunta.
Dar un nombre a la imagen.
Explicar cómo evolucionamos.
Sugerir un tema.

Grafiti anónimo escrito en la Universidad Nacional.

Lee la siguiente frase célebre:

"El progreso de la humanidad alcanzó su máxima expresión en el mundo contemporáneo".

¿Cuál de las siguientes opciones describe la posición del autor del grafiti con respecto a esta frase?

El autor del grafiti estaría de acuerdo con el enunciado.
El autor del grafiti sería un aliado del autor del enunciado.
El autor del grafiti se opondría a lo dicho en el enunciado.
El autor del grafiti sería una fuente del autor del enunciado.